El legado de la actual generación de consolas

Empezamos con un aspecto que merece una aclaración y es que, para este artículo, se considera que los parches y actualizaciones son contenidos, totalmente gratuitos, destinados a corregir fallos, mejorar diversos aspectos de la jugabilidad y, a veces, añadir contenido gratuito.

Se puede considerar un aspecto positivo pero es un arma de doble filo pues no nos cansamos de leer noticias con titulares como "Se anuncia parche que llegará el día de lanzamiento del juego" o "Corregido error que impedía grabar la partida". Las desarrolladoras aprovechan la posibilidad de rectificar una vez el usuario tiene el juego en sus manos para no testear lo suficiente el producto.

Sin duda, uno de las buenas cosas que nos dejan PS3 y Xbox 360 es que muchos títulos cuentan con la posibilidad de guardar las partidas en la nube, de modo que nuestros avances están tanto en nuestro disco duro como en servidores alejados de la mano de dios y, lo más importante, de problemas en nuestra consola.

Otras funciones que tienen a la nube como protagonista no han terminado de arrancar, aunque la pelea entre Microsoft y Sony por ser la primera promete dar que hablar en los próximos años.

Quien piense que instalar parte del juego en el disco duro es algo bueno se equivoca y es fácil explicar por qué: las consolas ganaron fama respecto a PC a comienzos de siglo porque su funcionamiento era tan simple como comprar la consola, enchufarla, meter un disco y disfrutar al instante. Sin extras ni tiempo que perder con drivers o similares. Por su parte, los jugadores de PC han alegado, entre otras razones, que lo bueno de comprar un título en compatibles es que es más barato.

Entonces, ¿qué hay de bueno es pagar un juego de consolas (10€ más caro, por lo general) y tener que esperar a que se instale la mitad del juego en el disco duro? Sí, los tiempos de carga son menores, pero que entonces no vendan el Blu-ray como el mejor invento de la década.

Es un elemento tan superfluo y simple como necesario. Seguramente el mejor invento de la actual generación de consolas tras las descargas digitales (de las que se hablará más adelante). Tiene todo lo bueno para la desarrolladora (fácil de programar) y para el jugador (no molesta y puede multiplicar las horas de diversión).

¿Quién le iba a decir a Microsoft y Sony que algo tan simple como "Completa el juego en todas las dificultades" iba conseguir que algunos gamers no descansaran hasta lograr ese objetivo.

Los DLCs existen en PC desde hace muchos años y, en el 99% de las ocasiones, eran totalmente gratuitos, de modo que, ¿quién fue el lumbreras que los empezó a cobrar?

Sin contestar a esa pregunta (habría peleas y se acabaría señalando a varios culpables), como ejemplo rocambolesco se puede decir que Activision hizo una de las jugadas más extrañas que se recuerdan con Call of Duty: World at War y es que lanzó los DLCs para PS3 y Xbox 360 a unos 10€ y los de PC los publicó gratis. ¿Cómo se justificó ese desfase? Se dijo que NVIDIA patrocinaba los DLCs en PC. Vieron que podían sacar tajada en todas las plataformas y no volvimos a ver esa alianza.

Después de esta pequeña historia queda bastante claro los DLCs son uno de los peores inventos que nos deja la generación y que va a peor porque cobran por todo: pack de tres armas, un personaje jugable, cuatro mapas para el multijugador, un modo de juego, unas skins, etc. Lo puedes comprar o no comprar, pero no hay que olvidar que parte de estos contenidos, antes, se hubieran incluido en el juego de inicio... y ahora la versión inicial sigue costando lo mismo que "antes" o incluso más.

Los gamers tradicionales las odian por considerarlas un "robo a mano armada", alegando el elevado precio para ser juegos que desaparecen en cuanto desaparece el proveedor. A esas personas, cuyo opinión es muy respetable, conviene hacerles dos preguntas:

¿Cuántos siguen jugando a títulos de más de, por ejemplo, ocho años de antigüedad? Seguro que no muchos, de modo que no se puede justificar el "robo" diciendo que los servidores de la compañía de turno han desaparecido y no se podrá volver a descargar el juego. Además, de momento ni Microsoft ni Sony han dejado caer la posibilidad de que PSN y Xbox Live dejen de existir.

¿Cuántos no consideran "robo a mano armada" títulos que no tienen soporte de servidores dedicados y todo el online depende de que la editora quiera seguir manteniendo los servidores activos? Hay pocos juegos de consolas que soporten servidores dedicados, de modo que si, por ejemplo, Sony decidiera que no le apetece seguir pagando por el mantenimiento de los servers de Uncharted 3, todo el multijugador de la excelente aventura de Naughty Dog desaparecería.

Las descargas digitales tienen sus contras, no cabe duda, como la imposibilidad de revender el juego o de prestarlo a un amigo, pero tiene la ventaja del precio. Hasta ahora Microsoft y Sony se han peleado por conseguir un mes de exclusividad de los DLCs, pero no hay que ser vidente para adivinar que un nuevo frente se abre en PS4 y Xbox One con los servicios PSN y Xbox Live, que son uno de los pilares fundamentales de la next-gen. La competencia favorecerá a los usuarios, tal y como ocurre en PC con Origin y Steam. Como curiosidad, se puede citar que la versión para PC de Portal 2 tuvo un precio inicial de 37.99€ (sin descuentos) a través de Steam y que la física no bajaba de 50€ en el mejor de los casos (en consolas se iba a los 60€, como poco). Tal vez 12€ no sea suficiente, pero da para comprar algún que otro DLC, de un juego que no los tiene, por cierto.

Es difícil entender por qué la gente crítica los juegos que siguen el modelo de negocio free-to-play y se pueden decir dos razones objetivas: son gratuitos y nadie les obliga a jugarlos, ni siquiera a plantearse bajárselo.

Son un gran aspecto de la actual generación de consolas pero tienen muchísimo camino por recorrer. Actualmente se basan en añadir elementos y elementos de pago, muchas veces hasta el punto de rozar el pay-to-win, pero la competencia acabará consiguiendo que el mayor beneficiado sea el jugador.

De momento no hay mucha oferta de juegos free-to-play de calidad. En unos años no descartemos ver en Europa un Call of Duty o un FIFA bajo este modelo. Eso sí, el Viejo Continente, al igual que América, estará preparado para este modelo únicamente cuando haya que pagar para conseguir skins, mapas y modos de juego y no armas y mejoras que, de otra manera, no se podrían alcanzar.